REALM OF THE STORM

​

Ha sido un viaje que comenzamos en 2019.

Me preguntáis si debemos correr el riesgo de aventurarnos en esas aguas y en sus tierras más cercanas, pues entonces dejad que os diga lo que pienso: dependiendo de con quien os juntáis tendréis una vida llena de ambiciones, sumergidos en las más diversas posibilidades, allí he visto todo lo que se podía ver en este mundo. He visto piratas, como los de siempre, pero algunos más destacados y temibles más por sus acciones que por sus pensamientos, he visto corsarios igual de monstruo al cazarlos, fieles solamente a sus leyes y comerciantes tan vengativos como ningún otro ser en este mundo conocido. También he visto gente que ni siquiera sabría cómo definir. He visto tantas banderas y alianzas como pulgas en un viejo pirata barbón, he visto admirables y despreciables almirantes liderando su flota abordando o atacando todo lo que encontraban o a todo aquel que se lo merecía. He visto misionarios llevando una vida de méritos para sus propios pueblos, mientras otros tantos combatían desde las costas con valor. También un comandante con todavía más agallas lideraba ejércitos hacia batallas imposibles y he visto milicias fantasmas dirigiéndose a lugares tan lejanos arrojados al infinito por sus propias naciones.
He visto temibles barcos con toda clase de armas que lideraban grandes alianzas y condiciones climáticas muy complejas para la imaginación, impresionantes olas, vientos inagotables, calores infernales, lluvias azotadoras, sombras gigantescas en las neblinas y otras flotas emboscando a sus adversarios masacrándolos hasta dejarlos hechos cenizas. También a exploradores buscando enigmas en aguas profundas, cazadores de misterios buscando objetos hasta llegar a la demencia, y acumuladores de riquezas como reyes del desierto más olvidado. En medio de todo este caos, unos granjeros de buena alma sin ánimos de meterse con nadie.

Y como si fuera poco, he visto astutos comerciantes que hacían amigos y enemigos con sus intercambios y también destacados negociadores que desataban guerras o las finalizaban. He visto ejércitos reducidos buscando recursos en tierras tan lejanas de su casa que hasta habían olvidado su vida, y muy similares a estos se encontraban los ejércitos conquistadores que no iban por provisiones sino por sangre y fuego. Podéis volveros los más fuertes y o ser las mejores mentes de aquel lugar, pero de vosotros mismos dependeréis y la estrategia que estará a la orden del día, si vais a ir mejor llaméis también a vuestros amigos, a los más valientes que conozcáis y formad alianza para derrotar a vuestros adversarios…entonces, os sumergiréis a la aventura más grande de vuestra existencia.